Hemofilia: entenderla y tratarla a tiempo
La hemofilia es un trastorno de la coagulación poco común pero serio, en el cual la sangre no coagula adecuadamente debido a la falta de ciertos factores de coagulación. Esto hace que incluso heridas pequeñas puedan causar sangrados prolongados o internos.
¿Qué causa la hemofilia?
- Es una enfermedad genética ligada al cromosoma X, por lo que afecta más a hombres que a mujeres.
- Los pacientes nacen con niveles muy bajos (o nulos) de los factores de coagulación VIII o IX.
- Puede diagnosticarse al nacer o durante la infancia, cuando aparecen moretones o sangrados inusuales.
Síntomas más comunes
- Sangrados excesivos después de cortaduras, cirugías o extracciones dentales.
- Hematomas grandes y frecuentes sin razón aparente.
- Sangrado interno en articulaciones (codos, rodillas, tobillos), que causa dolor e inflamación.
- Sangrado espontáneo en músculos u órganos internos.
👉 La hemofilia no afecta la expectativa de vida si se diagnostica y trata de manera correcta.
Diagnóstico y tratamiento
- Diagnóstico: pruebas de sangre para medir los factores de coagulación.
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Tratamiento:
- Terapia de reemplazo con factor VIII o IX, administrado por vía intravenosa.
- Nuevos medicamentos recombinantes que reducen el riesgo de infecciones.
- Profilaxis (tratamiento preventivo) para reducir episodios de sangrado.
Consejos para pacientes y familias
- Evitar deportes de alto impacto o actividades con alto riesgo de caídas.
- Tener acceso rápido a un hospital especializado en hematología.
- Informar a maestros, entrenadores o empleadores sobre la condición.
- Mantener seguimiento regular con un especialista.
- En niños: enseñar a reconocer síntomas de sangrado interno.
Vivir con hemofilia hoy
Gracias a los avances médicos, las personas con hemofilia pueden llevar una vida plena, con controles adecuados y acceso a tratamientos especializados. La clave está en la prevención de sangrados y la adherencia a la terapia de reemplazo.